Nací en Tunja, Boyacá, el veinticinco de julio de 2005. Mis padres eran unos adolescentes que no tenían conocimiento de mi existencia, eran personas profundamente soñadoras, amantes de la naturaleza y artistas cada uno a su manera. Mi padre era un inalcanzable trabajador, mis abuelos le enseñaron desde muy pequeño el camino del trabajo, al punto que omitía los festivos, según él es un día común y corriente pero los colombianos están acostumbrados a malgastarlo con ocio en el hogar. Sus tíos le dieron la oportunidad de trabajar en otros lugares, paso por Jenesano, en el que llegaron a vivir seis meses y fueron dueños de un bar. Luego de eso se trasladaron a Turmequé, el lugar en el que aprendí a caminar, tuve mis primeras amigas, pase por hacer berrinches para que mi padre no me dejará en el jardín, y me llevará a comer helado; la gente de ese lugar es increíble, caritativa y humilde. Al llegar la noticia de una próxima mudanza cambio todo, tuvimos que mudarnos a un pueblo llamado Ramiriquí, allí todo era distinto, no tenía amigos pero sí familiares cerca, sin embargo no fue agradable ese cambio, ese año nació mi hermano, lo que también cambiarían la atención y tiempo por parte de ellos.
El ejemplo de vida de mis padres fue excelente. Mi madre es una gran moralista, apasionante de la enfermería, pero se fue cuando tuve siete años, fue duro alejarme de ella y estar sin mi hermano, me volví distante y callada, se mudo al departamento de Villavicencio durante año y medio, casi no la veía, pero fue una experiencia más para ella. Mi padre se dedica a la comercialización de productos agrícolas, es un gran médico de las plantas, aunque no fue a la universidad ha estudiar ingeniería agrónoma, los campesinos lo consideran como un gran ingeniero, que receta lo esencial para cada cultivo, aconseja la temporada y el momento en que se debe fumigar y fertilizar la siembra... un gran socialista, dibujante, matemático una persona polímata y sincero de corazón.
En la cocina de casa, casi siempre había una señora que les colaboraba a mis padres en la casa, y nos cuidaba de infantes.
A los 9 años comencé a entrenar baloncesto, tenía que escoger algún deporte para hacer después de la escuela, en realidad no habían muchas opciones, no era uno de mis favoritos pero fue el que desarrolle, con los entrenadores aprendí muchas cosas, aparte de técnica y confianza, trabajo en equipo pero a la vez inseguridad en cada rebote que daba, golpes en la cara que deterioraban mis gafas, sin embargo entrene ese deporte hasta los 13 años, luego tuve la oportunidad de ir a robótica, algo que era más parte de mi, construir un nuevo aparato, en el transcurso del curso logre diseñar más de 10 puentes a escala, descubrí la programación y modifique un Arduino, la secuencia de luces era lo que más me gustaba, el como depende y ala vez no una conexión de otra. A los 15 años decidí entrar a pintura, una forma de expresarme que no es con palabras, todo lo dice las pinturas que fabrico, la utilización de diversas técnicas es lo que más me gusta, inicie con acrílicos y ahora estoy implementando la técnica al temple, algo complicado de trabajar pero no imposible de dominar, esa oportunidad de crear y combinar imágenes es algo que me encanta, se aprende con cada método algo de historia, el porque se crearon, muchos pintores de los cuales eran infelices y expresaban con geniales pinturas sus pensamientos.
El ideal del artista es realizar la creación con bellas formas para mostrar lo de dentro. Primero se aprende a copiar al gran maestro , creador del infinito multiverso y la infinita variedad.
Durante varios meses desarrollo un solo cuadro, lo culmino cuando creo que quedo perfecto y así se siente. Como alumna, me esfuerzo, demuestro allí mis habilidades, lo que en una ocasión me permitió conseguir un diploma matemático.
Las condiciones ideales son las que ante la ausencia de algo obligan al hombre a pensar y sentir, en el ultimo año mis padres se separaron y ha traído graves consecuencias a la quiebra familiar, pero no hablo de lo económico, sino del corazón, la estabilidad emocional de cada miembro de la familia, jugo en contra, es un reto que se ha estado superando, pero no esta del todo resuelto.
Uno de mis grandes ideales es tener un restaurante en el que recoja de cada rincón del mundo, especias técnicas y culturas que combinadas forman recetas que lleguen a deleitar el mundo entero.